¿Has pensado en contratar un seguro de vida que no sea tan complicado de comprender y que no sea necesario prestarle tanta atención? Un seguro de vida permanente o de vida entera es lo que necesitas. Este tipo de seguro es uno de los más clásicos, se trata de una póliza que pagas durante toda tu vida y cuando fallezcas se entrega una indemnización a quién tú decidas y durante este lapso de tiempo puedes aprovechar de los beneficios que se te aporten.
Los seguros de vida permanentes son de los mejores que ofrece el mercado, establecen una duración concreta en sus pólizas y una vez que se cumple esa duración, la cobertura termina. Estos seguros no tienen fecha de caducidad y tienen un componente de ahorro muy interesante: una parte de lo que pagas se destina a la inversión y puede generar beneficios extra. En ese sentido, los seguros de vida permanentes son también herramientas de ahorro.
Condiciones para calificar en un seguro de vida:
Para la contratación de un seguro, debes pasar por un examen médico, declarar tu edad y tus hábitos de vida. Para la seguradora es importante saber estas cosas de ti, para saber cómo está tu estado de salud, si practicas deporte, si fumas, etc. No trates de ocultar nada de tu información porque esto podría provocar que se cancele tu seguro.
Vigencia de la póliza:
La finalidad de este tipo de seguros es que dure toda la vida hasta que fallezcas. Sin embargo, se hacen algunas excepciones cuando la persona que está asegurada cumple más de 90 años, en estos casos la indemnización se entrega en vida.
Beneficiarios en tu seguro de vida:
Los beneficiarios son las personas que tú eliges para que obtengan la indemnización después de que falleces, puedes nombrar a las personas que tú quieras. Incluso puedes nombrar a beneficiarios alternativos por si los principales fallecen tiempo antes de cobrar.
Indemnización:
Este es el dinero que la compañía paga una vez que falleces. Esta modalidad de vida no permite cambios en la indemnización o beneficio por causa de muerte, por eso es importante que negocies bien este punto con tu compañía de seguros.